Antonia Mariscal Torres (Mayo 1925 – Marzo 2020)
Se lleva su cuerpo el coronavirus, en silencio y de forma invisible. La impotencia de no habernos podido despedir como merece, me genera mucha necesidad de hacerla visible. Han sido 15 días duros de peleas con las instituciones, pena, ansiedad, encierro y decenas de sensaciones amargas, y hoy por fin ha recibido sepultura.
Ella es: ANTONIA MARISCAL, 95 años. De las “Mariscalas” de toda la vida de mi familia. Decía que yo era como ella, una mariscala más. Fue una luchadora del feminismo y de la democracia sin necesidad de ponerse la medalla y sin reconocimiento.
Salió siendo casi una niña de su pueblo (Arcos de la Frontera, Cádiz) hasta llegar a labrarse un futuro como empresaria en una ciudad como Madrid en aquella época. Terminó abriendo un negocio propio en un momento en el que ella contaba que “no podía abrirse ni un numero de cuenta por ser mujer”. Una mujer que, ni en los últimos años de su vida (y con una movilidad muy reducida) perdonó ir a votar, porque decía que «hubo un momento en el que no se lo permitían”. Apostó por una “vida diferente”, sin casarse ni tener hijos, en un momento en el que social y familiarmente tenía un coste muy alto. Se van con ella 95 años de historia y nos deja su legado. ¡Que honor y que responsabilidad también!.
Este es un HOMENAJE A ESTA MUJER, y a todas las mujeres DE SU GENERACIÓN que nos permiten hoy luchar con unas bases que ellas ya pelearon. A estas mujeres que hoy nos ENRIQUECEN con su MEMORIA HISTÓRICA. A unas mujeres “normales” que hicieron tan grandes caminos. ¡Te queremos mucho Antonia! ¡Deseamos que tengas un buen viaje!